
Durante la década de 1960, las organizaciones argentinas y del mundo documentaron una amplia variedad de prácticas de entrenamiento creativo: desde autocapacitación hasta formación de formadores, desde publicaciones internas hasta actividades especiales que integraban la creatividad en eventos corporativos.

En Argentina, "Desafío Empresario" (Hermida et al., 1985) incluyó Creatividad e Innovación como uno de los cinco elementos básicos para el éxito empresarial, junto con Estrategia, Negociación, Anticipación y Cultura flexible.
"La creatividad no se produce dentro de la cabeza de las personas, sino en la interacción entre los pensamientos de una persona y un contexto sociocultural." — Mihaly Csikszentmihalyi
La IA no sustituye el trabajo humano, sino que potencia la capacidad innovadora de las personas, permitiendo que los equipos se enfoquen en aspectos estratégicos y emocionales de la creatividad.